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Más que un sueño

Era un día tranquilo, salía del colegio e iba contenta de regreso a casa por la noticia que mi madre me había dado en la mañana: mi prima vendría de visita. Al llegar a casa Rápidamente baje del carro de mi padre quien me apuraba que lo hiciera. Me alejé corriendo, mientras le agradecía rumbo hacia mi habitación pero al entrar la puerta se cerró de golpe, me asusté, pero le resté importancia ya que pensé que fue el viento. 

Me cambié de ropa, guardé todo y fui a servirme la comida, pero cuando toque la perilla, sentí un escalofrío desde las yemas de mis dedos hasta atravesar todo mi cuerpo; me quedé quieta por un momento, mi corazón se aceleró, sentía a alguien detrás de mí. Tomé valor, dejando esos pensamientos ridículos de lado, abrí la puerta rápidamente y caminé aprisa hacia la cocina. Mientras bajaba las escaleras escuché mi puerta cerrarse de nuevo, entonces recordé que al salir di un vistazo por la ventana, pero esta estaba cerrada. 

Llegué al comedor, era mi comida favorita, comería sola de nuevo; mi padre trabajaba y a mi hermana después del colegio la llevaban al trabajo de mi madre hasta las seis de la tarde. Para cortar el silencio que abarcaba todo el lugar me puse a ver vídeos. Terminé y lavé la vajilla; me dirigí a mi escritorio a hacer algunas tareas hasta que llegara mi prima, que sería dentro de media hora después. 

Pasó el tiempo y escuché que tocaban la puerta, bajé rápidamente a abrir, mientras lo hacía pasé por el espejo de la sala y vi una sombra, pero al volver a ver no había nada - tuvo que ser mi imaginación ¿no?- Abrí la puerta saludé a mi tía y comencé a abrazar a mi prima, era como mi hermana. Nos pusimos a jugar en mi cuarto, era muy divertido, hasta que decidimos subir a la azotea, mientras mirábamos las demás casas… la oscuridad se hizo presente, tenía mi tablet en mano así que usé la linterna para alumbrar un poco. Mi prima corrió desde la otra esquina, ocultándose detrás de mí. Al instante le pregunté qué sucedía, a lo que ella me respondió: “Mi… mira”, señaló el otro lado del lugar. 

—Había una sombra ahí —dijo— y comencé a acercarme cuando de repente se apagó mi tablet, no, la linterna, la Tablet en total, aunque la batería estaba más del 70%. Las escaleras estaban cerca así que mientras bajábamos prendía mi tablet, pero al prenderla se apagaba, la segunda vez logré ver la batería que estaba en 68%, le quité la memoria y la deje así, pensé que luego se solucionaría. Llegamos al segundo piso, ingresamos a mi cuarto algo asustadas. Escuchamos que llamaron a la puerta, ahora sí debía ser mi tía, y sí era ella, acompañada con mis padres y hermana. Nos despedimos mientras saludaba a mis padres.

Pasaron las horas y terminé las tareas, apagué la computadora, pero comenzó a apagarse y prenderse de manera continua, creí que se iba a cortar la luz así que la desenchufé. 

Fui a cenar, me despedí y me dispuse a dormir, ya no sentía nada raro detrás de mí, suspiré y me eché a dormir. 

No sé qué hora era, pero estaba tan oscuro que apenas la luz de la luna iluminaba algunas cosas, soñé que caía y abrí mis ojos, mi respiración se detuvo… mi corazón comenzó a latir muy rápido, mi vista no podía creer lo que estaba a mi costado cerca de mi cabeza… una sombra negra estaba parada a mi lado, me di cuenta que estaba flotando, pero no podía moverme, era el susto tal vez que me impedía mover apenas un dedo; quería gritar, gritar lo más fuerte posible… un susurro salió de mi boca diciendo “mamá”, podía ver la puerta de la habitación de mis padres por la ventana, quería llorar, me dolía la garganta por forzarla a pronunciar algo más fuerte; la sombra se interpuso en mi vista, pero no se acercaba, más bien se fue cerca de mi puerta juntándose con la oscuridad… quería moverme, quería hacer algo, mi desesperación hacía que mis lágrimas hicieran un camino por mi rostro, hasta que escuché un susurro y luego unas carcajadas que se escuchaban cada vez más fuerte; pensé que alguien estaba debajo de mi cama, no podía hacer nada lo único que hice fue mirar el techo comenzando a hablar en mi mente con desesperación, rezando, gritando, llamando a mis padres. 

Las carcajadas no cesaban, escuché un golpe en mi ventana miré de soslayo una persona entre colores blanco y negro, algo iluminada por la luna pude ver que me observaba quieta, las risas continuaban y decidí cerrar mis ojos. Luego sentí algo cerca de mi rostro, era la sombra, las risas sonaban con eco, mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho, intenté cerrar mis ojos una vez más, pero vi a la persona de la ventana sonriendo y abrí los ojos por completo, —mala idea— la sombra estaba en mi rostro a pocos centímetros. Volví a cerrar los ojos y elevé una oración a Dios. Cuando los volví abrir, noté que en el techo había unas manchas de suciedad, al parecer; había silencio, pero igual estaba flotando, miraba por la ventana y nada, aún no podía hablar, no quería imaginar a la sombra y que vuelva a aparecer; sentí un peso encima, la persona que estaba detrás de mi ventana estaba mirándome fijamente con unos ojos grandes y oscuros, la piel blanca y sonrisa burlona, me desmayé. 

Desperté algunas horas después, aún era de madrugada, estaba en mi cama me senté mirando a mi alrededor, miré el espejo de mi cómoda, me miré realmente asustada.

Sentía de nuevo un escalofrío, pequeños ruidos, pensé que provenían de abajo de mi cama, asustada vi en mi cómoda un rosario, me levanté me estire hasta alcanzarlo y subí a mi cama tapándome con todas mis frazadas hasta cubrir mi cabeza; me puse el rosario y comencé a rezar entre susurros hasta quedarme dormida. 

Al siguiente día desperté sobresaltada, con curiosidad de saber si solo fue un sueño o no, me paré encima de mi cama mirando al techo, me quedé  observando las mismas manchas que vi en mi supuesto sueño… de pronto, se cayó un peluche que tenía en una silla… me bajé de un salto y fui a donde mis padres. 

Llamamos a un sacerdote,  después de contarles lo sucedido…, el padre llegaría en la tarde, prendí la computadora y busqué algo respecto a lo de no poder moverme… se le llamaba al parecer parálisis del sueño… aunque se sentía muy real me convencí que era eso y me culpé por hacer perder tiempo al religioso, por algo así. Llegó, pero cuando entró a la casa,  al instante pidió nuestra agua bendita, aquella que teníamos guardada, de cuando íbamos al santuario de  Chapi, comenzó a salpicarla en algunos lados, entró a mi cuarto y me dijo que me pusiera delante de él con la cabeza gacha, procediendo a elevar una oración y  echándome agua bendita diciendo “si sientes que alguien te sigue o te mira, solo reza”, lo dijo en un susurro cerca de mis oídos, provocando que mi corazón latiera rápido y mi mente comenzara a imaginar muchas cosas respecto a lo de la noche anterior. Al terminar dijo “Si es posible, echen más agua bendita, especialmente cerca del cuarto de su hija mayor, sentí una presencia extrañar al momento de entrar, ahora no siento nada, pero no se sabe”. De paso me dejó unas citas bíblicas para leer. 

Continúe investigando sobre la parálisis del sueño, suele ser de la misma forma aparecen sombras, monstruos, cosas así alucinaciones, el sentido de la audición funciona así, que las risas eran tal vez reales, no vi testimonios donde hablan de carcajadas o de esa persona de tonos blancos sombríos. En ese momento se cayeron unos libros que tenía en la mesa, me paré y fui con mi madre a echar más agua bendita. 

Hasta ahora no pasó nada similar… ahora tengo una gata, cambie de habitación, pero algo raro que suele pasar es que mi gata se queda mirando la puerta mientras está sentada en mi cómoda o se sube a mi ropero y me mira fijamente. Suelen decir que los gatos pueden ver lo que nosotros no… ¿Sera cierto?